Las casas se configuran en torno a
un patio irregular que, aunque no se ubique en una posición plenamente
central, si canaliza toda la vida interior de la vivienda, puesto que a
él se abren las demás dependencias. En algunos casos podrían tener zonas cubiertas puesto que se encontraron restos de tejas en el suelo.
El acceso a las viviendas estaría
mediatizado por un zaguán, que daría paso a ese patio al que se
abrían dependencias como cocinas, habitaciones...
De forma general las técnicas
constructivas se basan en un zócalo de entre 0,60 y 1,60 m de
altura, realizado en mampostería, con hiladas irregulares en las que
aparecen tejas o pizarras nivelando. Sobre éste se
recrecería el muro en tapial, de no muy buena calidad, pues no se ha
mantenido en ninguno de los muros de la madīna. Algunos patios cubrían partes del suelo con grandes lajas de pizarra, siendo el resto de tierra apisonada. .
Como hemos indicado el entramado viario de este sector quedó al descubierto tras su excavación, documentándose tres calles estrechas, de entre 1 a 2,10 m. cuyo suelo era directamente la roca.
Todo este conjunto parece corresponder a
un complejo de carácter industrial que sufrió remodelaciones en el
transcurso del tiempo. Se trataría así en origen de un barrio en el que
se concentrarían algunas actividades industriales – posiblemente
relacionado con el trabajo de los metales- como han permitido documentar
algunos moldes en pizarra para fundición, aparecidos en la excavación.
Posteriormente, y tal vez sin perder esa condición industrial, tras una
reurbanización, la zona experimentó un carácter más residencial.
Datos curiosos:
En el “edificio A” se encontró un silo excavado en la roca de
1 m. de profundidad con una boca de 0, 75 m. Que no fue
reutilizado como basurero como es habitual en estos casos.
Una de las piezas muebles más interesantes aparecidas en este
sector fue una pizarra en la que se esgrafió un pavo real, y
que apareció en el suelo del patio del edificio C.
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