Ciudad de Vascos

 

�reas de excavaci�n

 

5. Puerta Oeste

 

Dentro del área de excavación definida como Puerta Oeste, se pueden diferenciar dos zonas excavadas en distintos momentos, y que permiten conocer los complejos arquitectónicos articulados en torno a uno de los principales puntos de acceso a la Ciudad de Vascos. Los elementos más significativos dejados al descubierto fueron el barrio adyacente y el acceso a través de la puerta. Se trata de estructuras con funciones diferentes dentro de la vida de la ciudad, ya que una se circunscribe al ámbito privado y la otra se vincula más bien al ámbito político-oficial. Además esta puerta está directamente relacionada con el arrabal exterior y con las estructuras de explotación que en él se ubicaban.

 

A)    El barrio adyacente a la Puerta Oeste

Este barrio fue el primer lugar que se excavó en el yacimiento desarrollándose los trabajos entre 1975 y 1978. Los restos de edificaciones que aparecieron en esta zona configuran parte de la estructura urbanística de la ciudad, en la que se pueden destacar dos elementos importantes: una calle y diferentes estructuras de habitación que se establecen a sus lados.

La calle es la entrada - o salida- principal de la ciudad a través de la puerta oeste del recinto amurallado, y sería además la que más rápidamente daría acceso a la alcazaba, punto de control político del territorio. Es una calle relativamente estrecha (2 m), algo más ancha en la zona de la puerta, y su trazado es bastante irregular. Tiene un desnivel considerable, de 3,80 m., entre el punto más alto de la zona excavada y el punto más bajo correspondiente al nivel de la puerta. La roca, que parece configuraría su base, presenta a su vez bastantes desniveles que estarían rellenos para facilitar la circulación. Solamente en un pequeño sector, el más llano, se encontraba empedrada. Además, a lo largo de su parte central se talló un pequeño canal, irregular en su trazado, que serviría para la circulación del agua ­de lluvia o residual- y su evacuación a través de la puerta. Como parece que este canal no estaba cubierto, su disposición, en medio de la calle, y los desniveles de la roca, harían muy difícil el tránsito por ella.

A ambos lados de la calle se levantaban una serie de edificaciones que estaban compuestas por zonas de habitación y espacios al aire libre aunque en parte cubiertos. No se excavó ninguna en su totalidad, aunque sí algunas habitaciones y patios, que vienen a ser ejemplos evidentes de la configuración espacial interna de las casas islámicas.

Las habitaciones serían de planta única, sin tabiques de separación interiores, con muros de mampostería de granito, posiblemente con ventanas para su iluminación y cubiertas con un tejado de tejas curvas alargadas, que apoyarían sobre un entramado de madera del que no se ha conservado ningún resto, aunque tal vez perteneciesen a él los clavos que relativamente abundaron en la excavación. En todos los sectores de la zona excavada apareció un nivel de tejas testigo del hundimiento de las techumbres de estas edificaciones en su última etapa. Las puertas de acceso a estas edificaciones tienen una sólida construcción, con grandes bloques de piedra verticles formando las jambas, al menos en la base.

En la excavación de esta zona se detectó la existencia de restos de muros anteriores, de los que no se pudo precisar su cronología.

Datos curiosos:

En el interior del patio de una de las viviendas � la vivienda B al norte de la calle-, junto a su muro este, se encontr� una pila para agua, tallada en la roca in situ. Tiene unos 0,70 m. de di�metro y una perforaci�n lateral a nivel de la base de la concavidad, para la salida del agua. Junto a ella, la roca presenta otras tallas circulares, tal vez tambi�n para contener agua o servir de apoyo a los recipientes. La utilidad de esta pila pudo ser diversa desde servir de abrevadero para el ganado -de ah� que consideremos este espacio como un patio o corral- o para faenas dom�sticas.

Imagen de la pileta tras la excavación en 1979

Delante de esta pila, y a lo largo de este espacio, de sur a norte, se conserva una alineaci�n, no muy regular, de peque�os agujeros tallados en la roca. Muy posiblemente habr�an servido para encajar postes de madera en ellos y sostener un peque�o tejadillo de ramaje, pues no se han encontrado tejas, adosado al muro este. Su finalidad pudo haber sido para cubrir y preservar la zona de la pila y tal vez también se utilizase como cobijo para el ganado dom�stico.

B)    La Puerta Oeste- El acceso

La Puerta Oeste es uno de los elementos arquitect�nicos m�s sobresalientes que se pueden encontrar en este yacimiento. Est� configurada a partir de dos torres cuadrangulares, que flanquean el ingreso que se realiza en codo simple a trav�s de unos antemurales levantados en el exterior. El vano est� remarcado por dos mochetas que protegen el cierre de las dos puertas de las que se conserva una gorronera. La puerta tiene como elemento relevante al exterior un arco de herradura retallado en los sillares con una evidente funci�n decorativa y propagand�stica. Lamentablemente la puerta tiene su parte superior derrumbada, por lo que se ha interpretado su posible alzado y acabado originarios. Pav�n Maldonado de esta forma, ha querido ver la superposici�n de un sistema t�picamente cordob�s de los siglos IX y X, de arco sobre dintel.

Reconstrucción PO

Reconstrucción hipotética de la Puerta Oeste de Vascos según Pavón Maldonado (Pavón,1999:504 imagen 1)

Respecto a la zona de acceso se han llevado a cabo excavaciones recientemente, para determinar cómo se configuraba el paso al interior. De esta forma se ha podido determinar un sistema de protecci�n del paso a la medina, a trav�s de dos muros paralelos que servir�an de antemurales. Incluso se ha documentado la presencia de un cub�culo con restos de un hogar, donde posiblemente se hallar�a un cuerpo de guardia. Adem�s en este acceso se documentó un empedrado que salvaba el desnivel ocasionado por la orograf�a del terreno. Otro de los elementos destacables, es la presencia de un canal tallado en la roca, y que permitir�a la canalizaci�n de aguas a un espacio de posible almacenaje.

Al exterior del sistema defensivo de la puerta, ya en el arrabal, se formó un enorme basurero que llegó a cubrir estructuras del antemural.

La puerta en un momento determinado sería tapiada, para impedir el acceso por ella.

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Pavón Maldonado, B. (1999) Tratado de arquitectura hispanomusulmana. II. Ciudades y fortalezas. CSIC. Madrid.

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